Conseguir que el router alcance todos los rincones de la casa no es una tarea sencilla; ahora bien, existen fórmulas para extender su cobertura y funcionalidad y tener una red sin sombras.
Lo más normal es que uno piense que con la tecnología WiFi va a estar completamente conectado, sin embargo, en la práctica, no es así. En algunos casos, como ocurre en viviendas muy amplias o con varios pisos, o en vecindarios plagados de redes WiFi que interfieren entre sí, las cosas no son tan sencillas; y eso por no hablar del rendimiento a la baja que ofrecen otras soluciones, como las basadas en el cableado físico, ya sea Ethernet o PLC a través de la línea eléctrica de casa. Lo ideal, por tanto, es saber combinar todas las tecnologías de red, beneficiarnos de sus virtudes y eliminar los inconvenientes de cada una.
Por ejemplo, el apartado del alcance de una red WiFi se puede solventar mediante un repetidor como el FRITZ!WLAN Repeater N/G o con un puente como el Cisco Linksys WES610N. Ahora bien, una red se puede extender también mediante tecnologías complementarias como PLC o directamente tirando un cable físico Ethernet.
El objetivo es hacer que todos los dispositivos de la casa estén conectados a la red, que en última instancia proviene de un único origen (con el permiso de los terminales 3G), que es el ADSL, el cable o la fibra. Existen modalidades más exóticas, como el satélite, WiMax o infraestructuras rurales donde no llegan las tecnologías habituales, pero no son frecuentes.
1. Extiende la red
Una solución sencilla e inmediata para extender tu red inalámbrica WiFi es el uso de un extensor inalámbrico. En los últimos meses, se han puesto de moda entre los fabricantes de dispositivos de red como complemento para sus routers. Cisco, D-Link, TP-Link, entre otros, cuentan con productos de este tipo que extienden el radio de acción de una red WiFi. Un modelo interesante es el FRITZ!WLAN Repeater N/G (92,50 € aprox.), con un descriptivo panel que indica la actividad y con capacidad para transmitir audio desde un ordenador conectado en la red hacia una cadena de audio.
El procedimiento para configurar este tipo de dispositivos será diferente para cada modelo, pero los pasos genéricos para la puesta a punto son similares. Una vez que enciendes el extensor (o en el caso del Fritz!, lo enchufas directamente), con el dispositivo exento de configuraciones previas (puedes forzar el reinicio del dispositivo a sus valores iniciales usando el botón de reseteado para asegurarte) y desde un ordenador con WiFi o una tableta, debes buscar el nombre de la red WiFi entre las que haya detectado el adaptador.
En el caso concreto del Fritz!, la red se llama FRITZ!WLAN Repeater N/G. Una vez te hayas conectado a ella, puedes ir al Panel de control/Centro de redes y recursos compartidos y, en las propiedades, ver qué dirección IP tiene la puerta de enlace o gateway, que será la IP del repetidor.
Entrando en esa dirección IP en un navegador web, se llega a la configuración del repetidor. El parámetro esencial es el de elegir la red inalámbrica cuyo radio de acción se quiere extender. Esa red se escogerá entre la lista de las redes que el repetidor ve, y nos pedirá introducir los datos sobre el tipo de seguridad que implementa, así como la contraseña de la red.
Una vez finalizado el proceso, el repetidor comenzará a actuar como tal. Lo puedes cambiar de ubicación, siempre y cuando la señal de la red que quieres extender le llegue con un mínimo de intensidad. La ventaja de este repetidor Fritz! es que puedes ver en su panel led táctil qué intensidad llega al dispositivo.
Por último, respecto a los repetidores, hay que recordar que son sencillos de instalar y configurar, con lo que no tendremos ningún problema a la hora de ponerlos en marcha. Igualmente, hay que tener en cuenta que extienden el radio de acción de la red, como ya hemos comentado, pero no amplifican el rendimiento de la misma y, por tanto, penalizan parámetros como el ping o las tasas de transferencias.
2. Tiende un puente
Los bridges o puentes son interesantes en situaciones donde tienes un grupo de dispositivos susceptibles de conectarse a la red, pero están lejos del router y, además, no todos tienen conectividad WiFi integrada. En este caso, un bridge o puente se conecta a la red WiFi de casa y convierte esa conectividad inalámbrica en otra cableada Ethernet. Un dispositivo como Cisco Linksys WES610N (99 € aprox.) presenta el valor añadido de tener cuatro tomas Ethernet en vez de una, por lo que se pueden «colgar» de él hasta cuatro conexiones Ethernet.
En el caso de tener un televisor Smart TV, una consola, un set top box y un sistema de audio con funcionalidades web radio o streaming, se trata de una solución recomendable. Además, al ser compatible con redes de tipo n, tanto en 2,4 GHz como en 5 GHz, puede beneficiarse de las ventajas de estas últimas (menor impacto de interferencias y mejores tasas de transferencia).
La forma más rápida de configurar este dispositivo es mediante el uso de WPS (WiFi Protected Setup), una forma de simplificar los procesos de autenticación y seguridad entre dispositivos que se conectan a una red WiFi. En este caso, desde la interfaz de configuración web del router inalámbrico, habrá que ir desde el menú de configuración de las redes WiFi a la pestaña dedicada a WiFi Protected Setup y, ahí, elegir la opción WPS Push (mediante botón).
En el dispositivo puente WES610, habrá que pulsar el botón WPS y, en poco tiempo, si todo ha ido bien, estará completada la conexión del bridge al router y los equipos conectados a las conexiones Ethernet lo estarán a la red doméstica.
3. El router como punto de acceso
Hay algunos enrutadores que pueden funcionar como puntos de acceso WiFi o como extensores de una red inalámbrica. No es lo más frecuente, pero, en los equipos de gama alta que podemos encontrar en el mercado, como es el caso del TP-Link TD-W8980 (129 €), sí hay esa opción tanto para la banda de 2,4 GHz como para la de 5 GHz.
En principio, usar el router de ese modo es «matar moscas a cañonazos», pero siempre es bueno tener en cuenta que existe la posibilidad de hacerlo. Eso sí, no debemos olvidar que hay otras soluciones más eficientes para este fin.
4. Con electricidad
Una de las soluciones más elegantes y versátiles a la hora de extender el radio de acción de una red en el hogar es la tecnología PLC o Power Line Communications. Se trata de llevar la señal de Internet al resto de la casa mediante el cableado eléctrico. La ventaja es que se trata de un cableado que se reparte por todo el domicilio, con numerosas tomas o enchufes donde acceder a él.
Para que funcione, se necesitan al menos dos dispositivos PLC (en torno a 35 € la pareja) enchufados a sendas tomas de corriente estándar de la casa. Uno conectado mediante un cable Ethernet al router que reparte la conectividad proveniente del módem ADSL, cable o fibra, y otro conectado al equipo al que se quiera dotar de conectividad de red, y al que no llegue la señal WiFi con una calidad adecuada.
En la práctica, una vez que haya un terminal PLC inyectando la conexión en la instalación eléctrica, pueden instalarse incluso decenas de terminales PLC por la casa. Eso sí, nunca usando regletas con filtrado de picos de tensión y teniendo en cuenta que, a mayor distancia recorrida por la señal, más se degradará.
Además, motores como los de las lavadoras, el horno o el microondas pueden causar interferencias con la señal de Internet. Aun así, se trata de una tecnología robusta, que ya alcanza la cifra de 500 Mbps e incluso 1.000 Mbps. Eso sí, es velocidad teórica y, en la práctica, se conseguirán tasas de transferencia menores, en torno a los 100 o 200 Mbps, aunque superiores en general a la del WiFi y con mayor estabilidad y robustez.
Existen dispositivos PLC que solo ofrecen una conexión Ethernet, otros que integran hasta cuatro puertos de red cableada y los más completos cuentan incluso con un punto de acceso WiFi junto con las tomas de red Ethernet.
Esta última solución es la más versátil, aunque puede sustituirse por otra en la que se combine el uso de un router WiFi adicional, donde la entrada de red se conecte al PLC, de modo que distribuya la señal inalámbrica en una zona de la casa en la que no llegue la señal del enrutador principal. De paso, también te aprovecharías de tener cuatro tomas de red Ethernet adicionales.
En general, la instalación de un equipo PLC resulta bastante asequible. La parte más enrevesada es la de la activación de la encriptación, que requiere pulsar los botones correspondientes en cada dispositivo de un modo sincronizado.
5. Utiliza Ethernet
Otra posibilidad es la de cablear la casa para llevar la conectividad Ethernet (unos 15 €/20 m) a todos los puntos del hogar. Es una solución costosa y laboriosa, aunque, en términos de robustez y velocidad, es la más eficaz. Si se dispone de suelo, paredes o techos técnicos, es sencillo. De otro modo, requerirá de cierto grado de habilidad, o de un instalador profesional.
Hay que tener en cuenta que los cables de red tienen distintas calidades y que éstas son categorizadas como CATxx donde xx es el grado de calidad del cable. Cuanto mayor sea esta cifra, mejores serán sus propiedades a la hora de llevar la señal a las zonas más alejanas; aunque tampoco es plan de que el presupuesto se dispare. En principio, un CAT5 sería más que suficiente para utilizarlo en una casa convencional.
Una última cosa que hay que tener en cuenta a la hora de adquirir el cable es que, si se va a llevar por el exterior de la casa o del edificio, deberá estar preparado para ello.